29 de agosto de 2010

ENTRANTE: "Uno es dueño de lo que calla...


Monumento a Laozi (Lao-Tsé) en Quanzhou, China.
"Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla" - Lao-Tsé

Cuando escribo siempre me viene a la cabeza la pregunta de por qué las personas tenemos esa necesidad tan acuciante por momentos de embarcarnos en plasmar con palabras nuestros pensamientos... sea hablando o imprimiéndolas en algún medio. La facultad de pensar y desarrollar ideas es un maravilloso don atribuido a nuestra naturaleza humana, que nos permite y obliga a ser, unos seres terriblemente sociales con nuestro entorno.
Como decía, antes de escribir -hablando somos más impulsivos- siempre me tomo unos segundos -ocurre de forma automática- en que me pregunto el porqué; luego la mano cubre la hoja y ya no tengo tan claro lo que estoy escribiendo hasta no leerlo... No sé si el proceso de trasvase de información, como si de pensamientos líquidos se tratasen, es para todos así, pero está claro que en mi caso el pensar a la par que escribir no está muy sincronizado. Afortunadamente para mí, en lo escrito, hay tiempo para modelar el texto. Hablando, la cosa se pone más peliaguda.

2 comentarios:

  1. Generalmente al escribir me puedo sentir motivada por dos fuerzas opuestas. Guiada por la primera, siento el deseo de escribir antes incluso de saber qué quiero expresar. Llevada por la segunda, en cambio, pienso primero la idea principal, las ideas subordinadas, etc., y después escribo. Cada vez está más presente esta segunda así que supongo que cada vez soy menos impulsiva en mi escritura, o serán los efectos secundarios de tener blog...

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  2. Pepita Grilla, parece razonable pensar que la segunda opción es más práctica, por lo menos en cuestión a las infinitas correcciones que suelen necesitar mis textos...

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